martes, 24 de julio de 2012

TRAS 8 AÑOS DE MUERTO...

Queridos míos, yo, que en vida mis cuentos y novelas generaron un muro de silencio de granito; yo, que consagré mi vida a escribir de mis asombros; yo, ahora fantasma, bienacompañado de mis hermanos Filisberto Hernández, Leonora Carrington, Franz Kafka y noventa y seis insólitos más, os comparto algo de mi obra en Internet. Invitación para leerla aquí y, si el dinero y la escasa difusión de las ediciones de mi obra os alcanzan, también para que gastéis unas monedillas con esos editores buitres que en vida me ignoraron. Qué más puede pedir un escritor sino lectores, aunque muerto ya esté. Por ello, brindemos con ajenjo, ¡salud!, porque a mis ciudades aguardan mentes de todo el Mundo que sin Intenet nunca habría poblado...

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